Hoy me piden que haga una presentación tuya. Que hable de ti, de tu pintura. Tú sabes que podría hablar mucho, porque durante horas hemos contemplado tus cuadros. Durante horas, en silencio o hablando, hemos convivido allá, en Benicarló, y te conozco, me sé tus vericuetos, tus penas y alegrías, tus colores, tus temas. ¿Qué otra cosa podría decir yo de tu persona? Una tan solo: Que pintas como eres. Hay en tus cuadros dolor y ternura. Hay en tus bodegones una enorme nostalgia por descubrir una realidad que nos circunda y que, por causas ajenas, permanece alejada de nosotros. Hay en tus cuadros una postura y esto, en arte, es lo más importante. El resto, las palabras son gestos leves que no hacen camino.
José Antonio Labordeta