Hubo años, unos cuantos, en los que llegado diciembre Fernando añadía a sus quehaceres cotidianos una nueva tarea, preparar las felicitaciones de navidad. Fernando creaba sus propias composiciones para cada ocasión, pequeños cuadritos con los que desear felices fiestas. Unas tarjetas navideñas que partiendo de un mismo motivo, son personalizadas con retoques y variaciones y en consecuencia todas ellas diferentes. Creando un universo propio de las fechas, el pintor recurre a la música, los violines, el brindis, la magia, la poesía…. y a su propia figura flotando en alguno de los espacios creados. Una voluntad de compartir el año nuevo con los más próximos y desearles lo mejor.